Me duele que un hombre como Labordeta que en su vida y en su música siempre fue "un hombre sin más", se convierta por obra y gracia de su muerte en un "personaje", que su cuerpo se coloque en el Ayuntamiento de Zaragoza como una estrella del cine o de la política al que hay que rendir honores.
¿Para qué?
¿Por qué no se respetó su deseo tan simple, tan entrañable?:
"recuérdame como un árbol batido, como un pájaro herido. como un hombre sin más"